domingo, 20 de mayo de 2007

DOS CANCIONES







I:

Fortuna, no m'amenazes
ni menos me muestres gesto
mucho duro,
que tus guerras y tus pazes
conosco bien, y por esto
no me curo;
antes tomo más denuedo,
pues tanto almazén de males
has gastado,
aunque tú me pones miedo
diziendo que los mortales
has guardado.

Y qué más puede passar,
dolor mortal ni passión
de ningún arte,
que ferir y atrauessar
por medio mi coraçón
de cada parte?
Pues vna cosa diría
y entiendo que la jurasse
sin mentir:
que ningún golpe vernía
que por otro no acertasse
a me herir.

Piensas tú que no soy muerto
por no ser todas de muerte
mis heridas?
Pues sabe que puede, cierto,
acabar lo menos fuerte
muchas vidas.
Mas está en mi fe mi vida,
y mi fe está en el beuir
de quien me pena,
assí que de mi herida
yo nunca puedo morir,
sino de agena.

Y pues esto visto tienes,
que jamás podrás conmigo
por herirme,
torna agora a darme bienes
porque tengas por amigo
ombre tan firme.
Mas no es tal tu calidad
para que hagas mi ruego,
ni podrás,
c'hay muy gran contrariedad:
porque tú te mudas luego;
yo, jamás.

Y pues ser buenos amigos
por tu mala condición
no podemos,
tornemos como enemigos
a esta nuestra quistión
y porfiemos,
en la qual, si no me vences,
yo quedo por vencedor
conoscido.
Pues dígote que comiences,
y no devo haver temor,
pues te combido.

Que ya las armas proué
para mejor defenderme
y más guardarme,
y la fe sola hallé
que de ti puede valerme
y defensarme.






Mas ésta sola sabrás
que no sólo m'es defensa,
mas victoria;
assí que tú lleuarás
de este debate la ofensa,
yo, la gloria.
De los daños que m'as hecho,
tanto tiempo guerreado
contra mí,
me queda sólo vn prouecho,
porque soy más esforçado
contra ti,
y conozco bien tus mañas,
y en pensado tú la cosa,
ya la entiendo,
y veo cómo m'engañas;
mas mi fe es tan porfiosa,
que lo atiendo.

Y entiendo bien tus maneras
y tus halagos traydores
nunca buenos,
que nunca son verdaderas,
y en este caso d'amores
mucho menos.
Ni tampoco muy agudas,
ni de gran poder ni fuerça,
pues sabemos
que te buelues y te mudas,
mas Amor nos manda y fuerça
qu'esperemos.

Que tus engaños no engañan
sino al que amor desigual
tiene y prende;
que al mudable nunca dañan,
porque toma el bien y el mal
no lo atiende.
Estos me vengan de ti,
pero no es para alegrarme
tal vengança
que, pues tú heriste a mí,
yo tenía de vengarme
por mi lança.

Mas vengança que no puede,
sin la firmeza quebrar,
ser tomada,
más contento soy que quede
mi herida sin vengar
que no vengada.
Mas con todo he gran plazer,
porque tornan tus bonanças
y no esperan,
ni duran en su querer
a que bueluan tus mudanças
y que mueran.

CABO

Desd'aquí te desafío
a huego, sangre y a hierro
en esta guerra;
pues en tus bienes no fío,
no quiero esperar más yerro
de quien yerra.
Que quien tantas vezes miente,
aunque ya diga verdad,
no es de creer;
pues ayrado ni plaziente,
tu gesto mi voluntad
no quiere ver.
JORGE MANRIQUE (1440?-1479)
(Semblanza por F. J. Losantos)




II:



ESTURIÓN. LP "Vicio" (1989)

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