viernes, 29 de junio de 2007


SAAAALVEEEE, colegas. Como hace un huevo que no escribo y no sé -¡jodé! -cuando tendré tiempo para hacerlo, y para hacerlo a gusto, no sus calentéis de que aquí el pipa "fusile" a Julio Mtínez. Mesanza para consolarse. Como habéis visto, también me he permitido aportar a la moda de temporada una hermosísima y virtuosísima bandera para que la luzcáis a discrección y tela fardones-as en, por ejemplo, vuestro ajuar playero, de la sombrilla a los manguitos. Cuidaos mucho, y disfrutad de la arena y el gentío, aquellos-as que podáis.

«Han vuelto a emborracharse los marinos:
otra vez hablan de un país incierto
que dicen conocer. En esa tierra
no existe la codicia y sólo leyes
benignas la gobiernan. Eso dicen.
Pero no se pondrán jamás de acuerdo
sobre el lugar exacto en que se encuentra.
Los más osados quieren que mi reino
se asemeje al país de sus visiones,
y se ha creado una hermandad secreta
cuyos fines no ignoran mis espías.
Pero con esas gentes es preciso
tener cordura: que hablen. Si existiera
su soñado país, sería un fraude:
ningún hombre en sus fábulas he visto,
sólo un plan sin relieve y una vida
sin amigos, caballos ni horizontes.
Sólo he visto un poder que odia la sangre,
y predestinación, y ley que dice
derecho y no deber, y ley que castra.
Que los marinos beban cuanto quieran:
si existe ese país que ofende al hombre,
asolaré en justicia sus dominios.»

Julio Martínez Mesanza (Europa y otros poemas, 1990)

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