I: Fortuna, no m'amenazes ni menos me muestres gesto mucho duro, que tus guerras y tus pazes conosco bien, y por esto no me curo; antes tomo más denuedo, pues tanto almazén de males has gastado, aunque tú me pones miedo diziendo que los mortales has guardado. Y qué más puede passar, dolor mortal ni passión de ningún arte, que ferir y atrauessar por medio mi coraçón de cada parte? Pues vna cosa diría y entiendo que la jurasse sin mentir: que ningún golpe vernía que por otro no acertasse a me herir. Piensas tú que no soy muerto por no ser todas de muerte mis heridas? Pues sabe que puede, cierto, acabar lo menos fuerte muchas vidas. Mas está en mi fe mi vida, y mi fe está en el beuir de quien me pena, assí que de mi herida yo nunca puedo morir, sino de agena. Y pues esto visto tienes, que jamás podrás conmigo por herirme, torna agora a darme bienes porque tengas por amigo ombre tan firme. Mas no es tal tu calidad para que hagas mi ruego, ni podrás, c'hay muy gran contrariedad: porque tú te mudas luego; yo, jamás. Y pues ser buenos amigos por tu mala condición no podemos, tornemos como enemigos a esta nuestra quistión y porfiemos, en la qual, si no me vences, yo quedo por vencedor conoscido. Pues dígote que comiences, y no devo haver temor, pues te combido. Que ya las armas proué para mejor defenderme y más guardarme, y la fe sola hallé que de ti puede valerme y defensarme. | Mas ésta sola sabrás que no sólo m'es defensa, mas victoria; assí que tú lleuarás de este debate la ofensa, yo, la gloria. De los daños que m'as hecho, tanto tiempo guerreado contra mí, me queda sólo vn prouecho, porque soy más esforçado contra ti, y conozco bien tus mañas, y en pensado tú la cosa, ya la entiendo, y veo cómo m'engañas; mas mi fe es tan porfiosa, que lo atiendo. Y entiendo bien tus maneras y tus halagos traydores nunca buenos, que nunca son verdaderas, y en este caso d'amores mucho menos. Ni tampoco muy agudas, ni de gran poder ni fuerça, pues sabemos que te buelues y te mudas, mas Amor nos manda y fuerça qu'esperemos. Que tus engaños no engañan sino al que amor desigual tiene y prende; que al mudable nunca dañan, porque toma el bien y el mal no lo atiende. Estos me vengan de ti, pero no es para alegrarme tal vengança que, pues tú heriste a mí, yo tenía de vengarme por mi lança. Mas vengança que no puede, sin la firmeza quebrar, ser tomada, más contento soy que quede mi herida sin vengar que no vengada. Mas con todo he gran plazer, porque tornan tus bonanças y no esperan, ni duran en su querer a que bueluan tus mudanças y que mueran. CABO Desd'aquí te desafío a huego, sangre y a hierro en esta guerra; pues en tus bienes no fío, no quiero esperar más yerro de quien yerra. Que quien tantas vezes miente, aunque ya diga verdad, no es de creer; pues ayrado ni plaziente, tu gesto mi voluntad no quiere ver. JORGE MANRIQUE (1440?-1479) (Semblanza por F. J. Losantos) |
II:
ESTURIÓN. LP "Vicio" (1989)